20081009

Carta de una desconocida

[...] Vivía en el mismo rellano, frente a tu puerta. Juraría que ya ni te acuerdas de nosotros, de la pobre viuda de un funcionario administrativo (iba siempre de luto) y su escuálida hija adolescente. Era como si nos hubiéramos ido hundiendo en una miseria pequeñoburguesa. Quizá no has oído nunca nuestros nombres porque, además de no tener ninguna placa en la puerta, nadie venía a vernos, nadie preguntaba por nosotros. Hace ya tanto tiempo de aquello...quince o dieciséis años; no, seguro que no te acuerdas, querido. Pero yo recuerdo cada detalle con fervor, recuerdo como si fuese hoy el día no, la hora en que oí hablar de ti por primera vez y cuando por primera vez te vi. Y cómo no habría de recordarlo si fue entonces cuando el mundo empezó a existir para mí. Permíteme, querido, que te lo cuente todo desde el principio...

Carta de una desconocida
Stefan Zweig (1881-1942)

2 comentarios:

J. dijo...

Grande lunes de carnaval...Me alegra mucho verte por aquí, servira de punto de encuentro(el cual me gusta mucho la verdad).
Por Sala todo genial, todavía poco centrados, ya sabes...vivir para escribir!jiji pero durara poco que toca ponerse serio.
Yo de miércoles a domingo estoy fuera, pero si andas por aquí quitando esos días, espero que me avises por aquí para echar un café de esos trascendentales!
un besino bien grande y aupa la horchata(cosas de la infancia).

Anónimo dijo...

prima!!! aquí la petarda de mí ha encontrao un fallito en el texto, no sé si podrás corregirlo, dnd pone pequeñoburguesa o supongo que eso era lo que querías poner no???
bueno, que me alegro de que te hayas metido en un cacharro de estos en lugar de esos otros vicios extraños que tienes jajaja... así nos vas amenizando al resto también.
ya les dije a mis hermanas que llamaste y q venías.
un besito y ya caerá una cervecita no???