Lunes: Un mes y medio echando de menos a mis amigos y pensando en escribirles y de repente llega un e-mail de Dani como agua de Octubre. "Responder a todos". No pasa nada si no conseguimos vernos en diciembre, me alegro de que sigáis tan vivos y tan efervescentes como siempre.
Martes: Escucho doce veces seguidas a Donna Robin cantar Der Hölle Rache y me muero por ponerme un traje de terciopelo y tul y volver a Viena en 1971 al estreno de La Flauta Mágica.
Miércoles: Me sobra media cama. En realidad, tres cuartos de cama porque es verdad que no sabes dormir solo en media. Y tengo la sensación de que me paso la vida echando de menos gente. Supongo que es signo, síntoma, y consecuencia inevitable de haber vivido.
Viernes: Agua, chocolatinas y música para pasar la tarde en la biblioteca.
Sábado: Primer examen importante de este curso. Reconozco que tenía ganas de volver a sentir esos picos de adrenalina después de tantos días de calma aparente. 15 temas menos para acabar la carrera.
Domingo: Más correos electrónicos, más ópera. Un mapa de Europa y un calendario con algunos fines de semana marcados en rojo de aquí a Febrero. Un libro de Ortega y Gasset que cogí de la estantería de mi abuelo previa promesa de devolución la última vez que estuve en su casa.
Martes: Escucho doce veces seguidas a Donna Robin cantar Der Hölle Rache y me muero por ponerme un traje de terciopelo y tul y volver a Viena en 1971 al estreno de La Flauta Mágica.
Miércoles: Me sobra media cama. En realidad, tres cuartos de cama porque es verdad que no sabes dormir solo en media. Y tengo la sensación de que me paso la vida echando de menos gente. Supongo que es signo, síntoma, y consecuencia inevitable de haber vivido.
Viernes: Agua, chocolatinas y música para pasar la tarde en la biblioteca.
Sábado: Primer examen importante de este curso. Reconozco que tenía ganas de volver a sentir esos picos de adrenalina después de tantos días de calma aparente. 15 temas menos para acabar la carrera.
Domingo: Más correos electrónicos, más ópera. Un mapa de Europa y un calendario con algunos fines de semana marcados en rojo de aquí a Febrero. Un libro de Ortega y Gasset que cogí de la estantería de mi abuelo previa promesa de devolución la última vez que estuve en su casa.
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