20090614

Lo que no se reflejará en el lago

 
Está a punto de empezar a verse por el este el Triángulo de Verano.

Así que habrá que volver a buscar a alguien para contarle que Deneb es una estrella gigantesca que brilla como 300.000 soles y está a 3.000 años luz de la Tierra, y que la cabeza del Cisne apunta hacia la Lira de Orfeo, que está ahí arriba por no haber sido capaz de resistir la tentación de mirar a su amada Eurídice mientras la rescataba de los infiernos, y que una leyenda china castigó a Vega y Altair a pasarse 364 noches al año separados por la Vía Láctea. Habrá que buscar a alguien y tendrá que ser pronto porque estamos agotando las posibilidades de que un amor de verano sobreviva y se convierta en uno de otoño y de invierno. Menos mal que ahora tenemos claro que el otoño es esa mancha marrón hoja de árbol que no va a llegar nunca.

En cualquier caso, me alegro de que haya vuelto, una vez más y puntual a la cita, esa tregua de noches claras que suenan a grillos, saben a camisetas de tirantes y jerseys atados a la cintura y huelen a playa y a hierba y a vida. Y ya puede retirarse la primavera con sus versos, sus abriles y sus enamorados hasta el año que viene. Gracias.

2 comentarios:

paty_ dijo...

Detesto la primavera.

J. dijo...

Tienes todo el permiso del mundo para acercarte a disfrutar de una de mis "cosinah" favoritas del verano...Teatro clásico con adaptaciones de calidad en el teatro romano más bello del mundo (ya sabes que me encanta barrer para casa) y, de paso, que me alecciones sobre la geografía estelar.
Un besino amiga M.!