Hay momentos en los que sencillamente el mundo se desordena.
Cuando vuelves de la uni y el día te parece una cadena de despropósitos inconexos, y además nadie te entiende y te sobramos todos y sólo quieres estar en alguna ciudad donde todas las palabras sean agudas. No te lo diré nunca, pero esas veces me encantaría poner en orden las 4 piezas del puzzle que realmente te importan y ofrecértelo para cenar, porque qué importa que la sociedad escoja el caos como forma natural de des-organizarse mientras las dos sepamos que mañana por la mañana te vas a comer el mundo sin dejar prisioneros.
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