20081014

Y sin embargo,

[...] Un día ella apareció por la esquina de la casa y se encaró conmigo, "hace una semana que te veo ahí un día sí y otro también y en el colegio todos se han dado cuenta de que no haces más que mirarme. Si tienes algo que decir, ¿por qué no me lo dices a la cara en vez de andar escondiéndote como un ladrón?" Yo estudié mis opciones; podía salir corriendo y no volver más a la escuela, quizá incluso marcharme del país metiéndome de polizón en un barco que fuera a Australia. O podía jugármela y confesárselo todo. La decisión no admitía duda, iría a Australia. Abrí la boca para decirle adiós para siempre y sin embargo lo que dije fue "quiero saber si te casarás conmigo".

La Historia del amor
Nicole Krauss

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